UN COLAPSO ANUNCIADO
La situación del sistema de salud en plena pandemia:
Los centros hospitalarios de los departamentos, Santa Cruz, Beni, Pando, Cochabamba y La Paz están virtualmente abarrotados por el ingreso de pacientes con COVID-19.
Las morgues y los hornos crematorios en Cochabamba y Santa Cruz no dan abasto para cubrir la alta demanda de personas que perdieron la vida por el COVID-19, según el reporte de las televisoras.
El propio Ministerio de Salud anunció que a fines de julio y principios de agosto se reportarán cifras de picos altos de contagios y alerta de posible colapso hospitalario.
Según dirigentes trabajadores de salud, al menos 20 de los 34 hospitales de tercer nivel del país colapsaron, algunos incluso cerraron sus puertas a la atención externa debido al contagio de coronavirus de hasta la mitad del personal médico, la falta de insumos de bioseguridad y falta de equipamiento, entre otras razones.
Está es la situación con tan sólo 64.135 contagios, muy lejos todavía del pico. La razón es clara, Bolivia es el país de la región donde menos porcentaje del presupuesto se destina a salud, apenas un 8,7% (hay que tomar en cuenta que este porcentaje contempla el presupuesto de las Cajas de salud, cuyos recursos vienen de los aportes generados por los trabajadores).
Según la OMS por cada 10.000 habitantes debería haber una cama de terapia intensiva (UTI), cuyo equipamiento mínimo contempla: bombas de infusión, monitor multiparamétrico, ventilador mecánico, cama y tanque de oxígeno. En Bolivia debería haber como mínimo 1.163 UIT’s, pero sólo existen 430, de los cuales el 60% (258) pertenecen al sector privado, el resto (172) están repartidos entre los hospitales públicos y los hospitales de las CAJAS. Pero a estos últimos sólo tienen acceso los asegurados afiliados, por lo que hay apenas unas 80 unidades para el sector público que usamos la gran mayoría del pueblo boliviano, ese 80% de la población que vivimos al día. Es decir, las UTIs para el grueso de la población no llegan al 10% del mínimo establecido por la OMS. Por lo que la muerte de personas por la falencia de estas unidades está garantizada no solamente ahora con la crisis sanitaria por el COVID-19, sino que ya estaba garantizada desde antes.
Es por eso que el colapso era inminente. 14 años de gobierno del MAS con bonanza en el precio de materias primas, no modificaron la precaria situación del sistema de salud. El publicitado crecimiento económico sólo engrosó el bolsillo de los empresarios nacionales y sobre todo extranjeros, dejando intacta la pobreza estructural.
Mientras ésta es la situación de la salud pública, los privados se hacen ricos con la pandemia cobrando la cama hasta 11 mil Bs por día, y los test rápidos alrededor de mil Bs. Demostrando que en Bolivia la salud es un privilegio de clase.
El objetivo de la cuarentena no podía ser otro que el de utilizar ese tiempo para destinar todos los recursos estatales, para mínimamente equipar el sistema de salud y cerrar esa brecha de UTI’s. Esa era la tarea del gobierno. Para tener las garantías de levantar la cuarentena total que está asfixiando la economía de las personas que viven al día. La cuarentena no puede ser eterna.
Pero ¿qué ha hecho el gobierno en más de tres meses de cuarentena?
1. Una promesa de elevar el presupuesto de salud al 10% que hasta ahora no se cumple entre otras cosas porque el parlamento no aprueba el proyecto de Ley para ese incremento, sin embargo, siempre fue un engaño ya que se suma el presupuesto de las CAJAS de SALUD el cual es aporte patronal, es decir parte de la plusvalía generada por los trabajadores. Vale aclarar que aún con el 10% Bolivia seguiría siendo el país de Sudamérica que menos destina a salud.
2. Cerrar tres ministerios: Comunicación, Cultura y Deportes, cuyos presupuestos representan apenas el 3,8% en relación a los presupuestos de los ministerios de Gobierno y de Defensa. Por lo que es una broma decir que así se fortalecerá el sistema de salud. Además, Añez considera a la cultura un gasto absurdo pero muy importante Defensa, ministerio que a pesar de tener por lejos la mayor asignación no se toca y cuya función es sobre todo reprimir al pueblo trabajador.
3. También ha solicitado créditos. Es cínico decir que mediante estos se paliara la crisis sanitaria cuando el FMI ha requerido por parte del gobierno la afirmación de “alcanzar en el mediano plazo un déficit fiscal sostenible”. Esto significa ajustes al denominado gasto público que como sabemos incluye salud.
Estos créditos internacionales, 50 millones de dólares del CAF y 327 millones de dólares del FMI, se van a sumar a la deuda externa ya acumulada en los 14 años del gobierno de Evo Morales que asciende al máximo histórico de 11 mil millones de dólares. los que terminamos pagando estos créditos somos los trabajadores y el pueblo empobrecido, ya que se paga con nuestros impuestos, con la riqueza que generamos con nuestro trabajo, con la postergación de salud, educación, de obras estructurales que nos beneficien ya sean carreteras, sistemas de agua para barrios, alcantarillados, etc. Por lo que es de vital importancia que los trabajadores del país nos opongamos rotundamente a estos créditos que al final sólo sirven para someter a la nación a los intereses del imperialismo.
4. No han tenido vergüenza de meter la mano en el poco dinero destinado a salud, tal como quedó demostrado en el caso de los respiradores.
Estas medidas dieron como resultado apenas 30 nuevas UTIs muy lejos de las 1000 que debían ser creadas.
Por su parte, el MAS con ⅔ en el parlamento, en más de tres meses de Cuarentena no ha impulsado ni una sola ley para paliar la situación como la implementación de test masivos o la nacionalización de hospitales privados. En cambio, aprobó en tiempo récord la ley de elecciones.
Habiéndose demostrado el gobierno incapaz de afrontar la crisis sanitaria y en oposición a sus acciones, insistimos en las medidas que venimos señalando desde que inició la Pandemia:
- Obligar a las clínicas y hospitales privados a atender a pacientes del sistema público. Esto permitiría habilitar, sólo en la ciudad de La Paz, 2 mil camas, y en todo el país el 60% de las UTIs existentes. De negarse proceder a la expropiación y estatización de estos centros privados bajo control y administración de las y los trabajadores.
- Que se realice la compra de Test para hacerlo de forma gratuita y masiva e identificar áreas críticas.
- Compra de equipos como ventiladores o respiradores artificiales para equipar todos los centros de salud. Llegar al mínimo de UTIs establecido por la OMS.
- Equipamiento e insumos para los trabajadores en salud. Garantizar las condiciones de bioseguridad de todos los que tienen que trabajar durante la cuarentena.
- Ítems para incrementar la cantidad de médicos y enfermeras en el país. y garantizar su rotación. Y que todas y todos los trabajadores de salud pasen a la LGT.
- Todo el tratamiento debe ser completamente gratuito con el único requisito de de donar plasma si el paciente está en condiciones.
- Construcción o adecuación de elefantes blancos para que sirvan como hospitales de campaña o centros de cuarentena preventiva.
- Luego del escándalo de los respiradores, ya no podemos ver pasivamente cómo el gobierno de turno nos roba en la cara. Las organizaciones sindicales del país, especialmente las de los trabajadores de salud, deben resolver la inmediata auditoría y fiscalización de todos los recursos destinados a salud.
- Que se paralice el pago de toda deuda externa que este año llegaría a 822 millones de dólares que se podrían usar para mejorar el sistema de salud.
- Que el legislativo apruebe de manera urgente las siguientes leyes: una ley que incremente el presupuesto de salud al 20% del PGN afectando a los ministerios de Defensa y Gobierno; una ley de impuesto a la riqueza que se aplique a los banqueros, agroindustriales, a los terratenientes, a la burguesía nacional y transnacional. Como paso urgente y previo a la plena recuperación de los recursos naturales tal como planteamos en la agenda de octubre y nunca fue cumplido.
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